La técnica de chorro de arena en Vallés Occidental se suele utilizar para la limpieza de la superficie de ciertos materiales, pero en algunas ocasiones es conveniente utilizar el chorro de agua, por eso en este artículo vamos a ver para qué situaciones se puede utilizar uno u otro.

El chorro de arena en Vallés Occidental es un tratamiento que consiste en provocar que partículas de aproximadamente dos milímetros choquen contra la superficie que se tenga que tratar. Este método es muy abrasivo, por eso en la actualidad existe otro método que consiste en aplicar un chorro de agua a mucha presión sobre la superficie que tratemos.

En el chorro de arena, el aire empleado es frenado por la atmósfera y no llega a penetrar en condiciones en la superficie, aunque puede ser útil para limpiezas localizadas en armaduras expuestas, ya que elimina la corrosión superficial de la misma. Sin embargo, para casos graves, como las sales, este chorro de arena no nos permite ver las pequeñas fisuras que hay en el interior. Por lo tanto, los restos de la arena de sílice se tienen que recoger y extraer de la zona de chorreo.

En el chorreo de agua se puede conseguir una limpieza más profunda, hasta incluso la eliminación total del espesor. El agua nos permite ser más selectivos en la limpieza, discrimina entre un hormigón resistente y un hormigón más débil. Este tipo de chorro también puede eliminar la corrosión de la oxidación de la armadura. Además, se eliminan los revestimientos adheridos a cualquier soporte junto con las resinas de forma más rápida que el chorro de arena.

Si tienes dudas sobre lo que más le conviene a la superficie que quieres limpiar, no dudes en contactar con Granallats Industrials Polinyà, donde nuestros expertos se pueden hacer cargo del asesoramiento.